La rotación laboral no es solo un indicador de cambio: es un síntoma. Habla de lo que pasa (o no pasa) dentro de una organización.
Después de acompañar a múltiples empresas en procesos de transformación emocional y cultural, he comprobado que una de las herramientas más potentes —y a veces subestimadas— es la inteligencia emocional.
Cuando las personas se sienten vistas y escuchadas, se quedan
Cuando el liderazgo es empático, los equipos florecen.
Cuando las emociones se integran y no se reprimen, la creatividad y la colaboración se multiplican.
¿Sabías que fomentar habilidades de inteligencia emocional en los equipos puede reducir la rotación laboral hasta en un 20%?
Y no solo eso: se eleva el compromiso, mejora el ambiente de trabajo y se incrementa la productividad en cifras tangibles.
Porque al final del día, las personas no renuncian a empresas, renuncian a culturas frías, a líderes ausentes y a ambientes emocionalmente inseguros